martes, 15 de mayo de 2012

Qué es el color y como lo vemos


En nuestra vida todo es color. Pero ¿qué es el color? Con el paso de las investigaciones y descubrimientos, se han podido crear diversos conceptos acerca de lo que es el color. Uno de esos conceptos es el siguiente: el color es una sensación que percibimos gracias a la existencia y naturaleza de la luz y a la capacidad de nuestros órganos visuales para trasmitir dichas sensaciones al cerebro. La luz se divide en longitudes de onda. Las ondas visibles son aquellas cuya longitud de onda está  entre los 400 y los 700 nanómetros.
 
Isaac Newton (1641-1727), físico y filósofo inglés, fue quien tuvo las primeras evidencias de que el color no existe. Encerrado en una pieza oscura, Newton dejó pasar un pequeño haz de luz a través de un orificio e interceptó esa luz con un pequeño cristal y el rayo se descompuso en colores. Así que la luz es color.
Así,  pudo establecer que la luz blanca, está formada por "trozos" de luz de colores, y que cuando esa luz choca con algún cuerpo, éste absorbe alguno de dichos trozos y refleja otros. Los colores reflejados son los que percibimos con nuestro sentido de la vista.

En la retina del ojo hay dos tipos de células diferentes llamadas bastones y conos. Los bastones y conos del órgano de la vista están organizados en grupos de tres elementos sensibles, cada uno destinado a cada color primario del espectro.
Hay aprox. 6 millones de conos en nuestra retina, y son sensibles a una amplia gama de brillo. Los tres tipos diferentes de conos son sensibles a longitudes de onda corta, media y larga, respectivamente. Los conos se activan con los niveles altos de luz y nos permiten ver el color y detalles directamente en frente de nosotros. Se pueden adaptar a una amplia variedad de colores y niveles de iluminación, pero no funcionan bien con poca luz.
Nuestros 125 millones de bastones de la retina son usados solamente con luz tenue, y son monocromáticos, por lo tanto sólo perciben el blanco y negro. Los bastones cuentan para la visión periférica nocturna, pero no permiten ver bien cuando estamos mirando de frente.
 
Para percibir una imagen, nuestros ojos pasan por todo un proceso: La luz desde un objeto externo es refractada moviéndose a través de la córnea, moviéndose luego hacia la pupila, la cual es controlada por el iris. La luz es nuevamente refractada por el cristalino, el cual proyecta una imagen invertida en la retina. Allí, es absorbida por pigmentos en células fotosensibles, llamados conos y bastones. Estos fotoreceptores convierten la luz (fotones) en signos electroquímicos, los cuales son procesados por circuitos neuronales en la retina y transmitidos al cerebro.

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